IDEAS

Decálogo para ser más sostenible

Diez acciones para liderar una vida más sostenible. Y sí, el reciclaje es sólo una de ellas.

Por Carolina García*


Imagen: Archivo Cumbre

Según un estudio reciente, publicado en la revista científica Environmental Research Letters, la forma más efectiva de hacerle frente al cambio climático es tener un hijo menos de lo planeado.

Nueve de cada diez colombianos se preocupan por el ambiente pero no saben cómo consumir de forma sostenible. Estas cifras se revelaron en la primera encuesta sobre consumo responsable que hizo Semana Sostenible en 2015.

Sin embargo, la gran brecha entre la preocupación y la acción es una de las complejidades de la problemática ambiental que se vive en el mundo. Muchos de los que quieren contribuir a su solución no saben cómo hacerlo. A continuación encontrarán diez acciones para ser más sostenibles.

 

  1. Adiós a las familias numerosas

 

Ya estamos sufriendo los impactos del cambio climático, si queremos evitar sus graves e irreversibles consecuencias debemos reducir significativamente nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, para 2050 no podemos sobrepasar dos toneladas de emisiones de carbono por persona al año.

Un colombiano promedio emite cerca de cuatro toneladas de carbono cada año, un estadounidense promedio emite cuatro veces esa cantidad. Somos más de siete mil seiscientos millones de personas en el mundo, y se calcula que de seguir así seremos diez mil millones en 2050.

Según un estudio reciente, publicado en la revista científica Environmental Research Letters, la forma más efectiva de hacerle frente al cambio climático es tener un hijo menos de lo planeado. Los investigadores proyectan que con esta medida se logra un ahorro de 58 toneladas de carbono al año, lo que equivale a la proyección de lo que emitiría una persona adicional y sus descendientes. Esta es una medida más efectiva que aquellas que se incentivan tradicionalmente. Reciclar, por ejemplo, solo reduce 0.20 toneladas de carbono al año.

 

  1. Cambia tu dieta

 

La deforestación, y el cambio en el uso del suelo para ganadería extensiva, representan una cuarta parte de las emisiones globales y son la fuente principal en Colombia. ¿Por qué? Al talar el bosque, el carbono capturado por los árboles se libera al ambiente; al introducir ganado en esas tierras se aumentan las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero aún más potente que el carbono; este gas se produce debido a la digestión de los animales.

Además, la industria ganadera utiliza enormes cantidades de agua. Según la Fao, se necesitan 1.500 litros de agua para producir un kilo de granos y 15.000 litros de agua para producir un kilo de carne de res. Al reducir el consumo de carne, o eliminarlo por completo, una persona puede hacerle frente al cambio climático, al tiempo que ahorra agua.

 

  1. Vota sostenible

 

Muchos de los cambios que se requieren para encaminarnos hacia un desarrollo sostenible dependen de decisiones políticas. Por eso, es importante exigirles a los candidatos propuestas ambientales, como lo hacemos con la educación, salud o crecimiento económico. Ese es el primer paso.

Luego es vital revisar ‘con lupa’ las propuestas, pues es fácil caer ante el ‘greenwashing’ político, donde los candidatos prometen alternativas inviables o contradictorias con su plan de gobierno. Un tema clave para tener en cuenta es si el candidato sigue aferrado al sistema de desarrollo actual, principalmente extractivista, en lugar de incentivar la transición energética hacia fuentes limpias, el transporte eléctrico o los negocios verdes que aprovechan y protegen la biodiversidad.

Una vez electos, los ciudadanos deben hacerles seguimiento a sus candidatos y exigir que las propuestas se cumplan.

 

  1. Elimina el uso de plástico desechable

 

A la fecha se han producido más de 8.000 millones de toneladas de plástico en el mundo, una cifra equivalente a la basura que produciría Colombia durante 670 años.

Cerca de la mitad del plástico que se produce es desechable y casi su totalidad termina en rellenos sanitarios o en los océanos. De seguir como vamos, para 2050 habrá más plástico que peces en el mar.

El plástico arrojado al océano se rompe en partículas más pequeñas (microplásticos) que los peces confunden con alimento, cuando los ingieren se acumulan en su cuerpo al no poder digerirlos. Tristemente, el plástico que desechamos termina siendo parte de nuestra dieta.

Eliminar o reducir significativamente el consumo de plástico desechable puede ayudar a combatir esta problemática ambiental y de salud. Hay muchas acciones sencillas que contribuyen: eliminar el uso de pitillo, que no sirve para nada; reemplazar las bolsas plásticas por las de tela;  evitar la compra de botellas plásticas, es fácil llevar un termo; utilizar cubiertos y platos compostables, en lugar de los de plástico desechable, por ejemplo.

 

  1. Usa un transporte sostenible

 

Luego de la deforestación y el cambio en el uso en el suelo, el transporte es el sector que más emite gases de efecto invernadero en Colombia. Actualmente hay más de 13 millones de carros en el país.

Además de ser un problema para enfrentar el cambio climático, el parque automotor contamina las ciudades con material particulado, que genera problemas significativos de salud. De hecho, el 76% de los municipios del país, que tienen sistemas de monitoreo de calidad del aire, padecen de niveles de contaminación superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

Por eso es vital cambiar la forma en la que nos movilizamos por las ciudades. Lo primero es apoyar el transporte público, promover el uso de bicicletas, e incentivar los recorridos a pie cuando son distancias cortas. Además, crear incentivos para la compra de carros eléctricos y la infraestructura para su uso. En Colombia se eliminó el IVA y los aranceles para los carros eléctricos, pero sus precios siguen siendo muy elevados para el despliegue efectivo de esta tecnología a lo largo del país.

 

  1. Produce o ahorra tu energía

 

El consumo de energía contaminante ha sido la principal causa del cambio climático. Sin embargo, hoy en día la transición energética está al alcance de nuestras manos. Además de consumir energía limpia podemos buscar eficiencias y ahorros. Cambiar el sistema de iluminación tradicional de luces incandescentes por luces LED, por ejemplo, puede reducir más del 80% del consumo de electricidad. Es una medida que impacta positivamente al ambiente y a la economía de los hogares.

Igualmente, en muchos lugares del mundo los ciudadanos están produciendo su propia energía a través de la instalación de paneles solares en los techos de sus hogares. Es un buen negocio; en muchos casos los ciudadanos pueden vender los excedentes de producción a la red eléctrica. En  Colombia la posibilidad es reciente pero prometedora. Ahora todo aquel que produzca menos de un megavatio podrá vender los excedentes a la red, lo que incentiva la autogeneración de energía.

La revolución energética promovida por los ciudadanos es una realidad. De hecho, se calcula que con el descenso constante en los precios de la energía renovable, para 2050 la mitad de la población europea podrá producir su propia energía.

 

  1. Conviértete en un consumidor informado

 

Los consumidores mandan, son quienes determinan si un producto se posiciona o no en el mercado. Por eso, ser un consumidor informado que exige a las compañías buenas prácticas sociales y ambientales es vital para tener un consumo sostenible. Lo primero es informarse;  en internet hay toda suerte de información sobre el origen e impacto de los productos que consumimos. También hay aplicaciones que hacen lo mismo, una de ellas es GoodGuide.

Otra estrategia es comprar productos certificados para garantizar su origen sostenible y su comercio justo. Algunos sellos reconocidos, como el de la Rainforest Alliance, se encuentran el miles de productos que se venden a lo largo del mundo. Ahora bien, en casos como el de la madera o el papel es fundamental garantizar que el producto cuente con el sello FSC, especialmente en países como Colombia donde más de la mitad de la madera que se vende proviene de la tala ilegal de bosque.

 

  1. Consume local

 

Al consumir productos locales no solo se promueve la economía de la comunidad, sino que se reducen considerablemente las emisiones de carbono asociadas al transporte de la comida. Aunque no hay una definición exacta sobre el concepto de local lo que se quiere evitar es el consumo de productos importados, que seguramente llegaron al mercado luego de ser transportados en barco o avión y luego distribuidos en camiones.

En países como Estados Unidos, por ejemplo, se calcula que en promedio los alimentos viajan unos 2.400 kilómetros de la granja a la mesa. Por eso, los productos locales tienen una huella de carbono 5 a 17 veces menor a los que deben recorrer grandes distancias.

 

  1. Invierte de forma responsable

 

Las entidades financieras, o los fondos de pensiones, están constantemente invirtiendo nuestro dinero en diferentes proyectos que les generan rentabilidad. Sin embargo, estas inversiones pueden contribuir al florecimiento de una economía sostenible como la inversión en energías renovables, o al mantenimiento de una economía contaminante. El problema es que los fondos de pensión no tienen la obligación de excluir inversiones en activos que impacten el ambiente.

Usualmente los ciudadanos no nos enteramos de las inversiones que se hacen con nuestro dinero. Por eso, una forma de contribuir es exigir transparencia en las inversiones. Por ejemplo, enviar un derecho de petición para conocer en qué están invirtiendo los fondos de pensión, y exigir que las inversiones no promuevan proyectos intensivos en carbono, es una forma de crear el ambiente necesario para que los fondos cambien sus políticas.

Hay varios fondos de pensiones en el mundo que tomaron la decisión de unirse al movimiento global de desinversión en combustibles fósiles. Entre ellos los cinco fondos de pensiones de la ciudad de Nueva York, cuyas inversiones en combustibles fósiles alcanzan los cinco mil millones de dólares.

 

  1. Reduce, reutiliza, recicla

 

Primero hay que empezar por reducir el consumo. Gran parte de las cosas que compramos son deseos que convertimos en necesidades. Luego, reutilizar los productos lo máximo posible. Para hacerlo hay que ser creativos, un envase plástico puede servir como contenedor en lugar de ser desechado.

Por último se debe garantizar que los desechos que producimos se puedan reciclar. Para ello es importante separar los productos en la fuente. Hay tres categorías básicas que se pueden usar en los hogares: una bolsa para material orgánico (desechos alimenticios), otra para materiales reciclables (aluminio, plástico, vidrio, cartón) y otra para lo que no se pueda reciclar.

Los materiales deben estar lo más limpios posibles para poder ser reciclados. Esto es importante pues una servilleta o un envase sucio, o el cartón mojado, no tienen las condiciones ideales para ser reciclados y pueden contaminar los desechos que sí podrían aprovecharse.

Hay algunos materiales que requieren especial cuidado, desechos peligrosos como pilas, aparatos electrónicos o los aceites con los que cocinamos. Un litro de aceite, por ejemplo, puede contaminar hasta 1.000 litros de agua, por eso es importante hacer una buena disposición final de estos materiales. Hay puntos a lo largo de las ciudades principales para llevar desechos y garantizar una disposición final adecuada. No hay excusa, ¡gracias a internet toda la información está al alcance de nuestras manos!

*Este artículo fue originalmente publicado en Profesión Líder 2018. La presente es una versión adaptada para CUMBRE.

*Carolina García es gerente regional de sostenibilidad para Bavaria. Estudió derecho en la Universidad de los Andes.

 

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