IDEAS
El potencial de los emprendedores para liderar el desarrollo sostenible
A gobiernos y multinacionales se les ha endilgado la responsabilidad de llevar las banderas del desarrollo sostenible. ¿Hay campo de acción para que los emprendedores lo lideren?
Por Carolina Ibarra*
Imagen: Archivo Cumbre
Creo profundamente en la posibilidad de los emprendedores en liderar el desarrollo sostenible, pues las estructuras de sus empresas son más flexibles y permiten adaptarse rápidamente al cambio.
Parte I: El reto de los emprendedores frente a la sostenibilidad de sus empresas
El desarrollo sostenible comienza dentro de las empresas. Una de las barreras más grandes que los emprendedores encuentran al pensar en la sostenibilidad, es creer que necesitan tener empresas más grandes para poder estructurar y ejecutar la estrategia dedicada a la búsqueda de la permanencia en el tiempo de su empresa, teniendo en cuenta aspectos económicos, sociales y ambientales. Realmente es todo lo contrario, es en el hoy que se deben tomar decisiones que permitan pensar en el largo plazo de la empresa.
Segundo, pensar en el largo plazo representa un reto diario para los emprendedores cuyas mentes están permanentemente ocupadas en verificar el flujo de caja, pagar deudas, cumplir con sus clientes, ejecutar la estrategia de mercadeo, pagar nómina, resolver los problemas internos de la empresa, cumplir las normas propias de su sector, pagar impuestos, entre otros. Los emprendedores al desempeñar múltiples roles dentro de sus empresas deben intencionalmente sacar micro tiempos para pensar en su continuidad, y no esperar a que tengan medio día o un día libre lo cual no es probable que ocurra.
Otro reto de los emprendedores frente al tema de la sostenibilidad es preguntarse sobre el futuro de la empresa en pocos años, qué pasa si entran nuevos y más grandes competidores, o si el producto o servicio deja de cumplir su propósito, o el crecimiento de la empresa no se da como se esperaba. Aunque genere incomodidad y algo de angustia pensar en estos escenarios, tener respuestas para estas preguntas, anticiparse a los acontecimientos y prevenir, o mitigar los riesgos que se pueden controlar, permiten dar estabilidad y continuidad en el tiempo de la empresa, y con ello poder seguir generando oportunidades de ingresos para sus proveedores, empleados y accionistas.
Parte II: Los emprendedores pueden liderar el desarrollo sostenible (y muchos no lo saben)
En estos años he tenido la posibilidad de acompañar a emprendedores cuyas empresas pertenecen a diferentes sectores, con niveles distintos de avance e ingresos de su empresa, con sede en varios países, y todos ellos tienen varios factores en común: El primero es que quieren generar ventas para crecer, pagar los salarios, dar utilidades e incluso poder vender su compañía a terceros en un escenario cercano.
En segunda medida los emprendedores quieren generar valor, solucionar un problema para sus clientes y que sus empleados permanezcan en la empresa. En algunos casos quieren ir más allá y crear valor para sus proveedores y mejorar su calidad de vida. Muchos de los emprendedores han tomado decisiones valientes, salir de la seguridad y estabilidad para seguir lo que han decidido que es su pasión.
Tercero, buscan constantemente la forma de organizar los procesos administrativos de su empresa para entender y pagar a tiempo los impuestos, a los proveedores, acreedores y a sus empleados.
Finalmente, la tendencia de los emprendedores que producen bienes, o brindan servicios, es buscar reducir su impacto ambiental, cumplir con las normas ambientales como un requerimiento legal, y en ocasiones tener certificados verdes o de comercio justo que permitan su entrada a mercados con clientes dispuestos a pagar un mayor precio. Cada vez más evidencio que las personas están dispuestas a trabajar y a apostarle a un propósito que va más allá de generar dinero como un fin en sí mismo.
Estos factores en común en las empresas me permiten concluir que la sostenibilidad entendida como la continuidad en el tiempo social, ambiental y económica de la empresa, es una búsqueda constante de las organizaciones, pero la mayoría de los emprendedores no son conscientes de estar ejecutando actividades que buscan el desarrollo sostenible.
Los emprendedores por naturaleza quieren generar valor, quieren hacer la diferencia y quieren generar dinero. Es con sus actividades diarias y en su cadena de valor, entendida como las actividades y personas necesarias para lograr su producto, que lideran la sostenibilidad desde su empresa.
Parte III: Oportunidades para liderar la sostenibilidad
Las decisiones del día a día se pueden convertir en oportunidades de liderar la sostenibilidad desde la empresa y que permitan el crecimiento de esta.
En la relación con los proveedores, se debe procurar pagar en un plazo de 30 a 40 días. Los emprendedores son probablemente las personas con mayor conciencia de la importancia de que un cliente les pague en el plazo estipulado y en corto tiempo. Una empresa pequeña no puede resistir pagos a 60 o 90 días. Para lo anterior no solamente se requiere voluntad de pago sino un flujo de efectivo claro, actualizado semanalmente, como mínimo; y con una planeación de pagos mensuales que permitan responder por las obligaciones de la empresa. El punto central es el cumplimiento de lo acordado, y en caso de no poder hacerlo, se debe avisar con anticipación. El valor de la palabra en la consolidación de las relaciones sigue siendo uno de los mayores activos para fortalecer relaciones de largo plazo con los proveedores.
De la misma manera, los emprendedores pueden contribuir al crecimiento de sus proveedores al tomar la decisión de comprar responsablemente, es decir a proveedores que cumplan con las normas, paguen impuestos, tengan contratados a sus empleados y se verifique el cumplimiento de normas ambientales. Es probable que varios proveedores no se encuentren al día con estos requerimientos, razón por la cual se puede hacer una categorización de proveedores para seguir contratando con los mejores, dar plazo a los demás para que puedan cumplir con los requisitos y, de ser posible, indicarles cómo hacerlo.
Un emprendimiento enfrenta las limitaciones de acceder al crédito y tener la caja disponible para pagar sus obligaciones, pero esto no puede ser una excusa para no cumplir con una contratación adecuada de las personas, que trabajan para que la empresa crezca. Sí, los aportes parafiscales se acercan al 50 por ciento del salario de la persona, y es una carga muy alta para las pequeñas empresas, pero no es negociable crecer a expensas de los demás.
Asimismo, difundir el propósito de la empresa con los trabajadores, y que tanto ellos como los socios evidencien la coherencia de lo que se dice con lo que se hace, permite tener trabajadores empoderados que sienten que, con su labor y talentos, aportan a los objetivos definidos de la empresa; que están siendo reconocidos y tenidos en cuenta, ya sea con incentivos monetarios, o en tiempo, o cualquier otro tipo de reconocimiento. Si los trabajadores ganan en la medida en que la empresa lo hace, esto se traduce en colaboradores que hacen mejor su labor, evitan perder tiempo y se reduce la rotación en la empresa, lo cual ahorra costos de indemnización y la costosa curva de aprendizaje y entrenamiento de cada persona nueva que llega.
La empresa depende del sostenimiento y crecimiento de sus ventas, razón por la cual sin un producto o servicio que satisfaga las necesidades del cliente, o en términos del lienzo Canvas tenga una propuesta de valor atractiva para los mismos, no hay una empresa viable. Quienes lideran los emprendimientos deben sacar nuevamente micro tiempos en el mes para enterarse de las tendencias de su sector, conocer qué quieren sus clientes, hablando constantemente con ellos, y pensar qué pueden hacer mejor. Enfocarse en segmentos de mercado donde se conocen las necesidades, permite tener clientes satisfechos con el servicio y atención de la empresa, lo que se traduce en recompra de servicios o referenciación a otras empresas.
Para los casos en que se piense entrar a un mercado nuevo es clave considerar las adaptaciones que debe hacer la empresa a su modelo de negocio, al producto, las necesidades y preferencias de los clientes, las regulaciones y permisos que se deben cumplir, así como las personas y recursos requeridos para entrar y permanecer en un nuevo mercado, o diversificando sus productos. Pensar en los riesgos, costos asociados y tiempos de cumplimiento permite que los esfuerzos que implica diversificar en productos o servicios, o expandirse a otros mercados, se mantengan en el tiempo.
Parte IV: Estructura de la empresa que permita la sostenibilidad
En el largo plazo es difícil crecer y mantenerse cuando no se busca crear relaciones ‘gana-gana’ con las personas y organizaciones involucradas en las actividades de la empresa. La búsqueda de la sostenibilidad permite avanzar en la continuidad de la empresa, y por eso requiere acciones y decisiones conscientes en el presente y en la operación de esta.
¿Cómo empezar? Pensando en el fin de la empresa, aquel propósito que va más allá de producir determinado bien o servicio, y entender cómo este se está o no cumpliendo en la operación diaria. De la misma manera se debe analizar y evaluar toda la cadena de valor de la empresa, e identificar las acciones que están permitiendo su sostenibilidad en el tiempo y aquellas que no lo están haciendo. Con esta información se construye un plan de acción a corto plazo, con actividades, responsables, recursos, tiempos e indicadores de avance para generar los cambios necesarios que permitan consolidar una estructura que encamine a la empresa hacia la sostenibilidad.
Soy consciente de que es más fácil escribirlo que hacerlo, debido a que la ejecución de una estrategia de sostenibilidad que permee las operaciones y decisiones de las empresas presenta retos en su ejecución, pero a pesar de los retos propios de pensar en el largo plazo, el potencial de los emprendedores para liderar el desarrollo sostenible de sus empresas es claro: Comienza con su propósito, con su misma razón de ser, pero se materializa en el día a día, en la toma de decisiones, en la relación con los proveedores, la satisfacción de necesidades de su cliente, el empoderamiento y relacionamiento con sus trabajadores, y en entender que si bien siempre habrá falencias en las empresas en su modelo de negocio, las decisiones de cada día deberían buscar estar alineados con la generación de rentabilidad, y con agregar valor a las personas que se ven involucradas en su cadena de valor.
Creo profundamente en la posibilidad de los emprendedores en liderar el desarrollo sostenible, pues las estructuras de sus empresas son más flexibles y permiten adaptarse rápidamente al cambio, y de la misma forma, al comprobar que son viables en el mercado y tienen potencial de crecimiento, se pueden generar mayores impactos incorporando el pensamiento y acción encaminados al desarrollo de su cadena de valor.
* Carolina Ibarra es abogada de la Universidad Javeriana, colaboradora del CESA y emprendedora.
**Este artículo fue originalmente publicado en Profesión Líder 2018. La presente es una versión adaptada para CUMBRE.
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