MOLDEADOS EN CRISIS

Extraer lo esencial: una entrevista con Gustavo Mutis

Una entrevista con Gustavo Mutis, fundador del Centro de Liderazgo y Gestión.

Por CUMBRE


“Es necesario reinventarse hacia organizaciones más vitales. Nuestras organizaciones se han acostumbrado a un excesivo desperdicio de recursos y energía. Es necesario mutar hacia organizaciones más livianas”.

Gustavo Mutis 

Gustavo Mutis es fundador del Centro de Liderazgo y Gestión. Estudioso del liderazgo y la gerencia, ha realizado estudios en la Universidad de los Andes, Harvard, y la Universidad Javeriana. Su trayectoria lo ha sumergido en el mundo de la alta gerencia y de la transformación organizacional.

En esta entrevista, ofrece una perspectiva de las crisis y cómo estas pueden ser comprendidas desde la biología, el rol que el liderazgo puede ejercer frente a ellas y las posibilidades que guarda incluso para la persona que se encuentra en la primera línea de batalla.

 

¿Cuál es el rol del liderazgo frente a los desafíos que estamos enfrentando?

Gustavo Mutis [GM]: La crisis actual surge de nuestra incapacidad de entender el liderazgo como una responsabilidad colectiva. De no ser capaz de apostar por transformar la sociedad desde estándares colectivos. La sociedad se ha acostumbrado a esperar a que los caudillos nos lleven a una tierra prometida. La labor del líder consiste en construir esas organizaciones vitales que involucren a la comunidad y la obliguen a desprenderse de modelos de liderazgo dependientes.

 

¿Qué necesitaríamos entender para empezar a salir de esta crisis?

[GM]: Que existen unos retos técnicos y otros adaptativos. Estos últimos exigen compromiso y cambios de parte de todos. Claro que para atacar esos retos adaptativos, necesitamos un propósito superior que nos permita avanzar e involucrar a los diferentes actores relevantes.  No se trata de llegar a un acuerdo que abarque todo, sino de determinar cuáles serían los tres elementos esenciales sobre los que nos podemos poner de acuerdo, por ejemplo, el respeto a la vida, la educación, el bienestar integral. Más que cambios grandilocuentes, hacen falta los pequeños ajustes que marcan la diferencia.

 

¿Cómo lograr ese acuerdo en la sociedad?

[GM]: Los acuerdos son procesos generativos, conversaciones que se crean en colectivo, en las que nadie llega con una respuesta previamente preparada. Más que pactos estamos hablando de convergencias. De un esfuerzo por extraer lo esencial. No vamos a ponernos de acuerdo en todo, pero quizás, a través de la dialéctica, podemos ir descubriendo nuevas posibilidades que emergen del disenso sobre dos o tres temas esenciales y vitales de nuestra sociedad.

 

¿Qué fórmula les puede servir a las organizaciones para gestionar esta crisis?

[GM]: Yo soy enemigo de las recetas. Miguel de Unamuno decía “cada uno con sus cadaunadas”. Sin embargo, creo que la crisis deja algunas pistas. La primera es que hay que aceptar las pérdidas. Seguramente tendremos que hacer ejercicios muy difíciles con el impacto en el empleo, y asumir con carácter evolutivo esas pérdidas. Lo segundo que nos enseñan los organismos vivos es que es necesario reinventarse hacia organizaciones más vitales. Nuestras organizaciones se han acostumbrado a un excesivo desperdicio de recursos y energía. Es necesario mutar hacia organizaciones más livianas.

Seguramente va a haber dolor, desempleo, muerte. Desafortunadamente en el camino —como sucede con los organismos vivos— aquellos que logran adaptarse mejor serán los que sobrevivan.

 

¿Qué mensaje le puede enviar aquellos que se encuentran en la primera línea de crisis?

[GM]: Tres cosas. Primero, mantenerse mentalmente focalizado. Ser un observador atento, sin juzgarse ni permitir que la emocionalidad lo lleve al fracaso. Es importante ser consciente que esta crisis no es resultado de una falla personal, sino que es producto del entorno. Aun así, para salir adelante hace falta mantener la mente disciplinada y concentrada.

Lo segundo es gestionar esas emociones: darse el derecho de sentir dolor y sentir angustia, pero también saber abstraerse de esas emociones para seguir adelante.

La tercera tiene que ver con el cerebro: ¿qué puedo hacer hoy para empezar un nuevo ciclo en mi cerebro?, ¿cuáles son las pérdidas que debo aceptar?

Yo soy dueño de mi presente y mi destino. Si me mantengo en buena forma y optimista, puedo superar la crisis.

 

*Esta es una versión adaptada de la entrevista realizada a Gustavo Mutis en el marco de Liderando el cambio, una alianza entre el Centro de Liderazgo Público de la Universidad de los Andes, el Centro de Liderazgo del CESA y la FM.