IDEAS
Los retos del ciber-trabajo
La llegada del ciber-trabajo está transformando las dinámicas laborales y de trabajo en equipo. Los líderes, por su parte, deben aprender a reconocer las ventajas y a instalarse ágilmente en los cambios para poder enfrentar los retos que representa.
Por Gustavo A. Esguerra*
Ilustración: Los Naked
“La evidente transformación de las herramientas, de los dispositivos digitales, de la espacio-temporalidad, las interacciones sociales y las culturas organizacionales, comienza a demandar de los líderes mucho más que capacidades y habilidades para tomar decisiones apropiadas”.
Gustavo A. Esguerra
En la actualidad, en la mayoría de las organizaciones de diferentes sectores económicos, es evidente que la interacción con los grupos de interés se encuentra ineludiblemente mediada por las tecnologías de la información y la comunicación, las cuales, por su evolución dinámica, compleja y acelerada, traen importantes exigencias para la administración en general y especialmente para la gestión del talento humano. Estos son 7 retos que llegan con el ciber-trabajo.
1. Adaptarse favorablemente al ciber-trabajo, empleo IT-On line o trabajo 3.0
Hoy en día, este es un objetivo fundamental para quienes promueven el desarrollo de los individuos, el cual se alcanzará en la medida en la que se comprendan las implicaciones que, para las personas, los grupos y los equipos de trabajo traen las nuevas dinámicas de producción y de generación de valor en un mundo que se dirige hacia la hiperconectividad.
2. Liderar a distancia
La evidente transformación de las herramientas, de los dispositivos digitales, de la espacio-temporalidad, las interacciones sociales y las culturas organizacionales, comienza a demandar de los líderes mucho más que capacidades y habilidades para tomar decisiones apropiadas sobre los procesos técnicos y tecnológicos, esta nueva forma de trabajo exige, sobre todo, competencias para guiar individuos que interactúan en contextos de virtualización, comunicación a distancia y dinámicas de trabajo en el ciberespacio.
3. Entender de las herramientas y lenguajes del mundo digital
La responsabilidad en los procesos de reclutamiento, selección, conformación, seguimiento e involucramiento a los equipos dentro de este panorama, en el que el acceso al talento humano es amplio, global, diverso y cada vez con menos restricciones físicas, sociales, económicas y culturales, requiere del fortalecimiento de habilidades particulares, especialmente de las de tipo social: comunicación y gestión del cambio para responder a la abundancia, velocidad y complejidad de la información, así como el aprendizaje y reaprendizaje en la manera de escribir, enviar mensajes y utilizar efectivamente las múltiples herramientas electrónicas de procesamiento —texto, imagen, audio, video—, conectividad y almacenamiento de información.
4. Aprovechar lo bueno y contrarrestar lo malo
Es necesario aprovechar las ventajas y mitigar las desventajas de la interactividad a distancia, atemporal y en red ya que ambas alientan a combinar competencias que permitan establecer y mantener relaciones laborales efectivas, bien sea como oportunidades o contingencias. Por lo tanto, adaptarse a estas nuevas formas de trabajo, contemplará la optimización de las habilidades para atender, escuchar e interpretar mensajes. Para dialogar, negociar, retroalimentar, delegar y establecer acuerdos que favorecerán las dinámicas laborales y organizacionales.
5. Confiar en el equipo
Por otra parte, la confianza y la ética son fundamentales dentro de las acciones de gestión de recursos y talentos humanos. Crear ambientes de bienestar laboral, que no solo se ocupen de equipar al personal con las herramientas adecuadas, sino también de desarrollar equipos y redes con las dimensiones de equidad, calidad de vida y justicia exigidas en el ciberespacio. Además, quienes lideran y guían estos equipos han de robustecer su influencia mostrándose como modelos de comportamiento y promoviendo un proceder ético entre los colaboradores involucrados y todos los grupos de interés interconectados.
6. Prepararse para los cambios
Por su parte, para los empleados, el ejercicio implica entender los cambios en los patrones tradicionales de trabajo; asumir mayor control sobre su propio desarrollo y aprendizaje; adquirir o fortalecer habilidades técnicas y sociales para afrontar contextos laborales con menos barreras y más posibilidades, y aprovechar las ofertas de crecimiento personal, profesional y ocupacional que brindan las plataformas de formación online, entre las que se cuentan el aprendizaje compartido y colaborativo en red, la virtualización de la educación y los cursos abiertos y masivos en línea que ya ofrecen muchas organizaciones e instituciones alrededor del mundo.
7. Tomar el control de sus vidas laborales
Elegir los dispositivos y tecnologías que se ajustan a sus condiciones y decidir cómo, dónde y cuándo trabajar. Los patrones tradicionales de desarrollo ocupacional irán modificándose o eliminándose y se desplegará una cultura que respalde carreras, profesiones, artes y oficios multifacéticos. Un factor predominante será la autodisciplina y el ajuste de la interacción cara a cara o en vivo a las nuevas modalidades. Los sistemas educativos, por su parte, tendrán la tarea de preparar a las nuevas generaciones de colaboradores para responder adaptativamente a estas prácticas y culturas de trabajo, que resultan mucho menos restringidas a la presencialidad, la particularidad y el individualismo, pero exigen un esfuerzo adicional de cooperación y reciprocidad.
Finalmente, dentro de los procesos de gestión, hay importantes ventajas como la posibilidad de más y mejor retroalimentación, de un acompañamiento cercano y un liderazgo efectivo más abierto al enriquecimiento del aprendizaje organizacional. En esta misma línea, tener claridad en las estructuras de los grupos de trabajo tecnológicamente soportados y establecer objetivos a corto plazo en los escenarios virtuales de trabajo son fundamentales para garantizar la efectividad, el desempeño y la transformación.
Todo lo anterior supone acciones concretas por parte de los líderes encargados, que comienzan en la coordinación de actividades al interior de los equipos y pasan por el empoderamiento de los colaboradores, siempre brindando un apoyo oportuno que redundará en el fortalecimiento de los individuos, los grupos y las organizaciones.
*Gustavo Esguerra es profesor principal de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario.
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